Rotavirosis porcina
Héctor Puente
Gerente de la unidad de diagnóstico y autovacunas (UDAVET)
Los rotavirus (RV) son una de las principales causas de diarrea en humanos y animales, incluido el cerdo. Las diarreas asociadas a estos virus ocurren durante las primeras 8 semanas de vida y son debidas a un desequilibrio entre la inmunidad que les transfieren las madres durante la lactación y la intensidad de la presión de infección en el ambiente. Actualmente se reconocen 9 serogrupos de RV (A-D y F-J), habiéndose identificado los grupos A, B, C y H en el cerdo.
Etiopatogenia
Los RV se incluyen dentro de la familia Sedoreoviridae. Son virus ARN de doble cadena segmentada, icosaédricos y sin envoltura, que presentan una triple cápside de proteínas que les otorga una gran resistencia a las condiciones ambientales. Su genoma está formado por 11 segmentos que codifican las proteínas estructurales (VP1-VP4, VP6 y VP7) y no estructurales (NSP1-5). La capa externa de la cápside está formada por las proteínas VP4 y VP7, que inducen anticuerpos neutralizantes contra el virus. La capa intermedia de la cápside viral está formada por la proteína VP6, siendo la más abundante y la que permite la clasificación de los RV. Finalmente, la capa interna de la cápside está constituida por las proteínas VP1-VP3 y contiene el genoma.
Los RV son ubicuos y la práctica totalidad de los cerdos son infectados por estos virus a lo largo de su vida. La edad de los animales es uno de los determinantes más relevantes en la prevalencia de la infección y la gravedad de la enfermedad asociada. La transmisión se produce por la ruta fecal-oral, bien directa o a través de todo tipo de material contaminado con RV. Los cerdos infectados excretan RV por las heces durante un periodo que oscila entre unos pocos días y dos semanas, contaminando el ambiente. Las elevadas concentraciones que se eliminan en heces (hasta 10^10 viriones por gramo), unida a la baja la dosis infectante (próxima a 10^2 viriones) y a su elevada supervivencia en el medio externo facilita su rápida propagación dentro de las explotaciones porcinas.
Tras su entrada por vía oral, los rotavirus alcanzan el intestino delgado (fundamentalmente yeyuno e íleon) donde infectan a los enterocitos maduros de la zona apical de las vellosidades intestinales. La replicación de los rotavirus produce degeneración, lisis y finalmente descamación de los enterocitos, lo que conduce al acortamiento de las vellosidades intestinales y la consecuente alteración de la capacidad de absorción y digestión del intestino delgado produciéndose una diarrea por malabsorción. Adicionalmente, en la replicación de los rotavirus se produce una enterotoxina (NSP4), la cual induce un cuadro clínico de diarrea, alterando la permeabilidad de la membrana plasmática del enterocito.
Diagnóstico
Las lesiones y signos clínicos causados por los RV son indistinguibles de los asociados a otros enteropatógenos, siendo necesarias pruebas de laboratorio para llegar a un diagnóstico definitivo. El grupo de edad puede hacer sospechar de una infección por RV, ya que afecta principalmente a lechones en las primeras semanas de vida, pero la presencia de infecciones mixtas y de infecciones subclínicas hace imprescindible el diagnóstico laboratorial. Las muestras de contenido intestinal o de heces permiten la detección del ARN o de antígenos del virus. Actualmente, las técnicas moleculares de reacción en cadena de la polimerasa precedidas de transcripción reversa (RT-PCR) son las más usadas para la detección de RV. La observación de lesiones de acortamiento en las vellosidades del intestino delgado permite conocer el grado de lesión existente, pero de nuevo no permite diferenciar de infecciones causadas por otros virus entéricos. En cambio, el uso de técnicas de inmunohistoquímica nos va a permitir demostrar la asociación entre las lesiones de acortamiento de la vellosidad y la replicación viral.
Aspectos claves en prevención y control
Del mismo modo que sucede en otras enfermedades víricas del cerdo no hay un tratamiento específico contra los RV y el uso de antibióticos debe reservarse para aquellos casos de infecciones mixtas con participación bacteriana. La infección por RV es endémica en la población porcina y junto con la elevada resistencia ambiental que éstos poseen hacen muy difícil su eliminación total, debiendo centrar los esfuerzos en medidas de control que disminuyan la presión de infección y que potencien la respuesta inmunitaria de los animales:
- La terapia de soporte comienza facilitando a los lechones alojamiento adecuado, en un ambiente cálido y seco, y una alimentación rica en energía y electrolitos (soluciones electrolíticas con glicina y glucosa) que facilite y acelere la recuperación y disminuya la gravedad de las lesiones.
- Además, para minimizar el impacto de las infecciones por RV es clave potenciar la respuesta inmunitaria de las reproductoras, a través del uso de vacunas o exponiendo a las primíparas a las heces de los animales más viejos o a heces de animales con infección por RV:
o El manejo denominado “feed-back” se emplea de forma rutinaria en las granjas de cerdos, aunque es un procedimiento absolutamente empírico y que puede favorecer la difusión de diferentes microorganismos patógenos, afectando a la reproducción y favoreciendo la contaminación de las parideras.
o Desde el 2024 en España hay vacunas comerciales contra RVA, no existiendo para otros RV porcinos. También existe la posibilidad de la administración de autovacunas víricas con las cepas presentes en la explotación, no obstante, muchas veces el aislamiento de estos agentes no es fácil y en la actualidad presenta bastantes restricciones legales. En cualquier caso, antes de emplear una herramienta vacunal hay que tener siempre presente que la inmunidad frente a rotavirus es específica de cada tipo y que la inmunidad cruzada es muy limitada.
- Es importante asegurar que la inmunidad adquirida por las reproductoras se transfiere a los lechones mediante un correcto encalostramiento y una adecuada lactación
- Por último, otro aspecto importante es la reducción de la contaminación ambiental, con un diseño correcto de las instalaciones (sobre todo parideras) y la aplicación de protocolos adecuados de limpieza y desinfección. Además, el sistema de manejo todo dentro/todo fuera dificulta la transmisión de la infección entre distintos grupos de cerdos de una misma explotación pudiendo modificar las consecuencias clínicas de la infección.
Referencias
En el próximo capítulos hablaremos sobre las infecciones por coronavirus entéricos en el cerdo, principales agentes y cómo afrontar su control y prevención y prevención.
Carvajal, A., Rubio, P., Argüello, H., Gómez Laguna, J. y Miranda Hevia, R. (2018) Diarrea neonatal. 1.a ed. Zaragoza: Grupo Asís Biomedia.
Carvajal, A., Argüello, H. y Puente, H. (2024) Análisis de diarreas en porcino. 1.a ed. Zaragoza: Grupo Asís Biomedia.
Prieto Suárez, C., Martínez Lobo, F. J., Segalés i Coma, J. y Carvajal Urueña, A. (2017) Enfermedades infecciosas del ganado porcino. 1.a ed. Zaragoza: Grupo Asís Biomedia.
Shepherd, F. K., Freeman, M. J., Culhane, M. R., Marthaler, D. G. (2019) “Reoviruses (Rotaviruses and Reoviruses”, en Zimmerman, J. J., Karriker, L. A., Ramirez, A., Schwartz, K. J., Stevenson, G. W. y Zhang, J. (eds.) Diseases of swine (11ª ed.). Hoboken: Wiley-Blackwell, pp. 715-727
Vlasova, A. N., Amimo, J. O., Saif, L. J. (2017) “Porcine rotaviruses: Epidemiology, Inmune Responses and Control Strategies”, Viruses, 9 (3). https://doi.org/10.3390/v9030048